si la ciudad la escriben los que ganan Como lápidas que recuerdan el fragor que precedió a la pax pospolítica, las pintadas militantes de los setenta iluminan residuos activos de una era que no termina de morir, o que acaso agoniza en formas extrañas. Con la paciencia de los pescadores y el espíritu de los cazadores furtivos, tres caminantes rastrearon segmentos de la comunicación no estratégica y le cazaron el pulso al lenguaje de los grises muros de la ciudad, hoy amarilla.